Adentrándonos en el Psicoanálisis Relacional

Adentrándonos en el psicoanálisis relacional

La razón por la que comencé a interesarme por el Psicoanálisis Relacional tiene que ver con mi formación en Ipsa Levante, Raimundo y Silvia son personas en constante descubrimiento y formación y eso lo saben transmitir muy bien a sus alumnos.

Pero claro, cuando comienzas a escuchar ideas que te parecen ideas razonables y útiles para trabajar generalmente no te conformas con eso, quieres saber más, pero ¿por dónde empezar? Esa fue la pregunta que me llevó a encontrar un fantástico artículo de Rosa Velasco, cuyo título: ¿Qué es el psicoanálisis relacional?, despejó en su momento muchas dudas y organizó mis ideas.

Aquí os ofrezco algunas ideas que espero que os ayuden a iniciar o a continuar vuestra formación como psicoanalistas o bien, os impulse a decidir buscar un psicoanalista para que os ayude si os encontráis en dificultades, actualmente.

Porque al fin y al cabo, cuando escuchamos la palabra psicoanálisis seguimos creyendo que se ha agotado en las ideas de Freud y que desde ahí ya no se ha hecho nada, y que todos seguimos trabajando desde ideas preconcebidas basadas en sus trabajos y aplicables a todos los pacientes por igual. Y eso está muy lejos de la forma en la que trabajamos a día de hoy.

Comienzo por la definición que, en el artículo, hace Rosa Velasco del Psicoanálisis Relacional.

“Psicoanálisis Relacional es una forma de hacer psicoterapia centrada en la relación, cuyo principal objetivo es el tratamiento del sufrimiento psíquico con el consecuente desbloqueo de iniciativas necesarias para el desarrollo emocional. “

¿Por qué es tan importante que la psicoterapia esté centrada en la relación?

Mirad, desde Freud en adelante, las teorías que se han desarrollado para comprender cómo enferma psíquicamente el ser humano y por lo tanto, cómo encuentra la cura, han sido teorías centradas en la persona, en concreto en el conflicto que se produce entre el yo, el ello y el superyo. En recordar, repetir y elaborar estaba la clave de la curación, en que eso que permanece encerrado en el inconsciente vea la luz, sea arrastrado a la conciencia por la asociación libre y de rebote, nos libere; por supuesto también en las interpretaciones del analista basadas en una teoría, que se aplica a todos los pacientes por igual.

Una psicoterapia centrada en la relación sin embargo, se focaliza en la forma en que los humanos somos creados y no en teorías creadas por los humanos. Es decir, nuestra mente se crea dentro de la matriz relacional que nos acoge, es creada en relación, y es la forma en que nos relacionamos con otros, psicoanalista incluido, el eje central del tratamiento.

El desarrollo emocional pasa a ser uno de los pilares de la “curación”, la forma en la que nos relacionamos con las primeras figuras de apego nos capacita para comprender y regular nuestras emociones y si esto no se produce cuando toca, es algo que deberá hacerse después y que sólo puede hacerse en relación.

El psicoanalista deja de verse como un oráculo de sabiduría e interpretaciones, para convertirse en una relación valiosa, que ayuda al paciente a reconstruirse, a encontrar una forma de interactuar con el mundo más sana, a percibir el mundo desde diferentes ángulos, a desbloquear el camino al fin y al cabo. Esto para mí no implica una pérdida total de la técnica, sí significa un uso estratégico y ajustado de la misma.

Hay una serie de autores que han facilitado la entrada en esto que hoy se llama Psicoanálisis Relacional, autores que no se conformaron con la visión que otros tenían y que innovaron y abrieron el camino a todos los que han venido después: las aportaciones de Sandor Ferenczi siguen siendo para mi las más importantes, porque vivió al mismo tiempo que Freud y aun así pudo desarrollar una visión propia de la psicoterapia, en su sensibilidad está su fortaleza como analista. Tenemos una gran deuda con Fairbain, cuya apertura del concepto de relación de objeto sienta las bases de cómo lo vemos hoy. Bion, Balint y Winnicott, porque no se conformaron con el psicoanalista como alguien que está ahí sin más, sino que se centraron en la actitud, en cómo la forma en la que hacemos las cosas, nuestra capacidad de contención o de sostén, le sirven al paciente tanto o más que nuestras teorías acertadas; el concepto de falta básica y el de falso self. La visión que tiene Kohut del narcisismo arrancada de su propia experiencia supone un salto hacia adelante en la consideración del entorno.

Comienza a gestarse esta nueva visión del psicoanálisis con la influencia de estos autores anteriores (y de muchos otros) que, a su manera, se habían ido separando de la corriente más ortodoxa. El Psicoanálisis Relacional ha surgido del inconformismo, de la creatividad y del deseo de ayudar a otros, por encima de los modelos, de las teorías, del pasado. Les debemos mucho a:

La figura integradora de Stephen Mitchell.
El Psicoanálisis Interpersonal de Sullivan.
El Grupo de Boston para el Estudio del Cambio Psíquico (Stern, Lyons-Ruth y Tronick)
La teoría de la intersubjetividad (Stolorow, Atwood, Orange y Brandchaft)
La psicología del self contemporánea.
Jessica Benjamin, Peter Fonagy…

Son algunas de las teorías que integran el Psicoanálisis Relacional, cuando llegué a este punto me di cuenta de que me quedaba mucho por aprender, y eso me motivó aún más a empezar cuanto antes. Espero que también sea vuestro caso. Por suerte hemos elegido una profesión que lleva evolucionando mucho tiempo y que ahora incluye las aportaciones de la neurociencia, antropología, lingüística y teorías de sistemas dinámicos no lineales, entre otras.

Mucho se ha hecho en España también, Alejandro Ávila-Espada, Ramón Riera, Rosa Velasco, Joan Coderch y la larga lista de nombres que forman IARPP-España, han estado alimentando esta forma de hacer psicoterapia con sus trabajos y aportaciones.

La psicoterapia dialytica, el trabajo construido por Luis Cencillo de Pineda a lo largo de su obra que es tan extensa que desbordaría este post, tiene múltiples conexiones con el Psicoanálisis Relacional. El inconformismo con el que creó su modelo de trabajo y del hombre mismo, congregó a su alrededor a múltiples alumnos. Le debo mucho, fue uno de sus libros el que me hizo acercarme al psicoanálisis, y continuar por ese camino.

Y el enfoque dialytico-relacional de Raimundo Guerra, el primero en darse cuenta de que Luis Cencillo y Psicoterapia Relacional tenían mucho que aportarse el uno al otro. Inserto ahora en la teoría de sistemas dinámicos no lineales y en su aplicación a la psicoterapia, está abriendo la puerta a una nueva comprensión de quienes somos. Estoy preparando una reseña de su último libro El clavo ardiendo, donde aplica sus ideas a la relación de pareja; no sólo porque admiro al autor, sino porque creo firmemente que este libro es una herramienta de trabajo para todo psicoanalista que vea pacientes.

Finalizo aquí este post, a todas luces insuficiente, sólo espero que os haya abierto el apetito por saber, cada nombre, cada enfoque, han hecho crecer la forma en la que trabajamos hoy. Tenemos una deuda con ellos, psicoanalistas y pacientes, lo menos que podemos hacer es mantenernos conectados con lo que hacen y no dejar nunca de aprender.