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¿Qué significa estar traumatizado?

¿Cómo ven el trauma los Intersubjetivistas?

El trauma evolutivo se entiende aquí como una ruptura del sistema de regulación niño-cuidador que impide que los afectos sentidos por el bebé se integren y que le dejan en un estado desorganizado que, con el tiempo, se convierte en un afecto traumático, si persiste la falta total de sintonía por parte de los adultos que le rodean. El trauma no está en aquello que ha sucedido, sino en la forma en la que ha reaccionado en contexto.

El ejemplo: la paternalización/maternalización.

La experiencia de maternalización es el ejemplo perfecto, algunas infancias están llenas de niños que tuvieron que renunciar a ser cuidados por padres incapaces, para pasar a ser ellos quienes cuiden de sus propios cuidadores. En la edad adulta ese sentimiento de depender de otros o de necesitar a otros es un sentimiento traumático, que se evita a toda costa, porque finalmente uno no se siente con derecho de poder necesitar a nadie. Y también por el temor a ceder el cuidado a otro y que ese otro vuelva a fallar.

El concepto de trauma pasa de estar en el evento en sí, a estar en la falta de sintonía del contexto, un evento potencialmente traumático puede ser contenido por un medio que valide las emociones del niño, por muy extremas que éstas sean. Y quedarse así en un mal recuerdo, pero no en un recuerdo que marque para siempre o que deje secuelas emocionales. No es el dolor, sino la falta de respuesta sintónica del contexto, lo que los intersubjetivistas consideran traumático.

¿Cuáles son las consecuencias del trauma evolutivo?

  1. Los estados afectivos adquieren significado duradero. Consideran que el niño inconscientemente desarrolla la convicción de que lo no validado es manifestación de un defecto propio, a menudo esto se convierte en un ideal de lo que debería ser, y este ideal mantiene la autoestima y también las relaciones con otros. Si el afecto prohibido emerge es una razón más para pensar en sí mismo como alguien con un defecto.

Esos estados emocionales deben ser acogidos en la transferencia, si por alguna razón el paciente siente nuestro rechazo a esas emociones, le estaremos retraumatizando, no podrá integrar los sentimientos conflictivos.

  1. Exclusión de cualquier elemento que se sienta peligroso en contextos intersubjetivos, lo que lleva a un fuerte estrechamiento de los horizontes de experiencia emocional. La renuncia del niño a partes de su experiencia emocional para proteger su vínculo con los otros, no va a permitir el desarrollo de esas áreas, en algunos casos por represión y en otros por falta de validación (en otro post os he contado los tres tipos de inconsciente que conceptualizan, fruto de toda su teorización, son muy útiles para el trabajo terapéutico). Los horizontes de aquello que podemos experimentar, al final la barrera entre lo consciente y lo inconsciente, no son algo fijo, sino en constante posibilidad de evolución en función de los campos intersubjetivos actuantes.
  2. Una tercera idea relacionada con su visión del trauma tiene que ver con cómo ese suceso rompe con el optimismo ingenuo que mantiene nuestra vida funcionando, la expectativa de que, al final, todo irá bien. Necesitamos esta idea para poder existir con cierta calidad, de hecho quien se siente invadido por el terror de que en cualquier momento algo malo puede suceder, necesita ayuda psicológica porque así no se puede vivir, en medio de ese terror que lo inunda todo. Pues bien, el trauma rompe todo esto. El universo pasa a ser un lugar en el que ninguna seguridad puede ser confirmada por nadie, nos sumerge en la posibilidad de todo lo negativo que puede suceder, incluida la posibilidad de nuestra propia muerte. Algo con lo que todos vivimos, pero que permanece en un modesto segundo plano, para permitirnos vivir el tiempo que tenemos, porque nadie nos asegura cuándo se nos termina. El trauma trae a escena todo esto, con toda la potencia y el dolor de lo posible convertido en certero. El significado que el propio mundo tenía se diluye y ahora sólo queda la sensación de extrañeza de sí y de todo. Por eso un trauma son palabras mayores, porque posee la capacidad de impedirnos vivir tranquilos para siempre, de ahí la importancia de encontrar ayuda. Encontrar el vínculo profundo que con su sintonía nos ayude a tolerar e integrar el dolor,

No creo que sea un concepto de trauma definitivo, pero aporta una contextualización del tema que os será muy útil para comprender cómo grandes eventos en la vida de alguien, potencialmente traumatizantes no lo son, por el apoyo y el soporte familiar. De todas formas creo que esta idea se va a ver muy enriquecida por las nuevas aplicaciones de la teoría de sistemas dinámicos no lineales.

Espero que te haya servido de ayuda este post.

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Lorena Parra. Psicóloga Valencia.

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