Una visión del arte y la música para comprender la sensación de vacío. Malcolm Slavin
Este es el primer post de una serie de ellos en los que voy a exponer lo que me ha parecido más relevante de las que son las jornadas más importantes del año en psicoterapia, las VI Jornadas de IARPP-España.
Gracias al comité organizador, hemos podido ver el esfuerzo y el amor que habéis puesto en los preparativos de las jornadas, así que sólo puedo decir, gracias.
La primera conferencia corrió a cargo de una de las estrellas invitadas, Malcolm Slavin un destacado psicoanalista americano cuya concepción evolucionista de la clínica, arroja un punto de vista totalmente nuevo y profundamente relacional.
Necesitamos arte para así no morir de la verdad. Malcolm Owen Slavin.
El caso que nos muestra el autor parte de la honestidad expresada en una de sus sesiones de que él, ni ahora ni completamente podría llegar a comprender la desolación, la pérdida y el sentimiento de estar muerto de su paciente Ethan. Y cómo el paciente busca refugio en la música con su frase “La música sabe”. De ese golpe de radical honestidad por parte de ambos arranca un artículo en el que va a profundizar en su visión del arte, la música y la psicoterapia.
Todos sabemos lo que significa utilizar la música como forma de hacer nacer en nosotros sentimientos muy concretos. Y esto no sólo ha sucedido en nuestra cultura y en el aquí y ahora, sino que forma parte de los seres humanos desde los inicios de nuestra existencia como seres pensantes.
Algunas ideas importantes en la ponencia:
1. Comienza hablando de las cuevas, como la de Altamira, en las que no hay restos de haber vivido, pero sí quedan restos de haber sido utilizadas como espacios para la música, para el arte, es fácil imaginar el vínculo existente entre este primer arte y la necesidad de ponerse en contacto con lo trascendente propia de los seres humanos. Ésa es la razón por la que el autor propone nombrarlas como cuevas Winnicottianas, lugares transicionales, en los que forjamos y reforzamos significados.
2. La necesidad que tenemos de transmitir lo espiritual mediante el arte tiene su seno en nuestras complejas ansiedades existenciales que, a su vez, surgen cuando comenzamos a construir nuestra identidad como humanos. Por ello, no sólo se va a centrar en cómo el arte nos ayudó a canalizar todo eso sino también como a día de hoy, la creación de arte sigue cumpliendo un papel similar.
3. La evolución del ser humano parte de un cambio, parcial dirá Slavin, un cambio respecto de “nuestra necesidad y capacidad de construir nuestra propia experiencia”. Nuestro conocimiento deja de ser innato, pasamos a necesitar utilizar las mentes de los otros para construir esa historia común que denominamos cultura. Pero al mismo tiempo esa evolución supone también una pérdida, de “una parte importante de nuestro uso del anterior y visceral modo de conocernos y definir quién y qué somos”, “…cómo estamos intrínsecamente integrados e interconectados en y con el mundo”.
“Simplificando todo esto, como resultado de la combinación de aquello que ganamos (mayor conocimiento de nosotros mismos) y lo que perdimos (conectividad instintiva) comenzamos a vivir en un mundo relativamente vacío de significados heredados, innatos e instintivos. Un universo de fondo de relativa soledad es lo que ha aparecido, un universo en silencio”. Y a todo esto se une la incertidumbre y la conciencia de que algún día desapareceremos, la posibilidad de nuestra ansiedad de aniquilación, sólo amortiguada por la presencia y la conexión del otro.
4. Así, angustia existencial y las primeras cuevas como espacios de creación de significados aparecen al tiempo, como un antídoto también al silencio, al vacío, nuestra capacidad de metáfora, de símbolo. El arte nos ayuda a conectar con el mundo y con los otros y a elaborar lo perdido. Nos va a mostrar además cómo en todas nuestras culturas existen esas historias que reflejan simbólicamente la pérdida, la capacidad de reflexión, la aparición del mal en contraposición del bien y la idea de dios.
5. Equipara Slavin algunas características de la música con dinámicas humanas existenciales. Comparando la estructura profunda de nuestro sentido de la realidad intersubjetiva de Benjamin con cómo la música consiste en establecer expectativas para después romperlas y rehacerlas más tarde, fracaso y restauración. Pero también reflejan los elementos musicales, las tensiones entre el self y el otro.
6. Finaliza su trabajo volviendo a su caso, a Ethan, vuelve al momento en el que frustró su expectativa de llegar a conocer la profundidad de lo que él había sentido y cómo Ethan habló del papel de la música. Comenta cómo los pacientes traumatizados han estado en contacto directo con esta soledad, este vacío, sin amortiguación en muchos casos, del amor y la conexión de unos otros que no han podido o sabido estar. La conexión con él pasa por el reconocimiento de este saber profundo que le ha facilitado la situación de trauma que ha constituido su vida, lo que supone un proceso interpersonal muy complejo. Un proceso en el que lo importante, al final, es permitir que el paciente vea cómo lucharemos para ayudarle a dar sentido y significado a aquello que les atormenta.
No hay forma humana en que yo pueda transmitir la profunda belleza del trabajo que Slavin nos presentó, mis ideas sólo son razón, sus palabras mostraban su alma, la profundidad del conocimiento evolutivo y psicológico que tiene de lo que ha significado y significa llegar a ser humano. Somos afortunados de haber estado allí. IARPP España publicará las jornadas para que podáis acceder a ellas, os pasaré el enlace en cuanto lo tenga. Para que podáis disfrutar de sus palabras, que llegaron tan profundamente a todos los presentes.
Esta conferencia fue seguida de dos comentarios, uno de la mano Luis Raimundo Guerra Cid y el otro por parte de Ramón Riera i Alibes.
Comentarios de Raimundo Guerra y Ramón Riera al trabajo de Malcolm Slavin.
Comentar un artículo escrito por otro tiene la dificultad de colocar tus propios ojos sobre algo que quien escribe ya ha visto, siempre van a quedar cosas fuera, y siempre se van a ampliar otras desde la perspectiva del que mira, sobre todo si se hace bien. Tanto el comentario de Raimundo como el de Ramón son dos formas muy diferentes de amplificar un trabajo muy complejo de por sí.
Sentí profundamente que en las preguntas todos se quedaran en la superficialidad, o eso me pareció a mí, de la parte más artística expuesta por Raimundo. A saber, cómo un cineasta había reproducido las imágenes de cuevas prehistóricas, llegando a la conclusión de que la presencia de luz sobre los dibujos aportaba sensación de movimiento. No creo que haya una forma mejor de apoyar la idea de cueva como espacio transicional de Slavin, que con este antecedente del cine. Apoyando también que estos lugares eran utilizados para algo que tenía que ver con lo más profundo del ser humano.
Esta idea es muy buena, sorprendió a todos con sus imágenes. Pero empañó la verdadera ampliación del trabajo de Slavin que supuso la inclusión del concepto de desfondamiento de Luis Cencillo y las ideas que derivó el autor, sobre cómo es la apertura del terapeuta ante los diferentes registros que el paciente nos trae o evoca en sesión, lo que se puede constituir en el único/mejor camino que nos ayude a construir una conexión real con el paciente. Como la única forma de acercarnos a él y de que nos permita tomar contacto con quien es.
Slavin parte de un momento en el que frustra una expectativa de su paciente, su deseo de ser radicalmente comprendido en su trauma, en su desolación, en su pérdida. Y cómo esto orienta a su paciente a buscar en la música aquello que no puede encontrar en ningún otro lugar. La música sabe. Y la relación terapéutica se puede transformar en esa cueva primitiva de construcción de significados que nos salven de una vida marcada por la desconexión.
¿Por qué conectamos con otros?
Porque venimos al mundo, desfondados este concepto engancha directamente con la pérdida original de Slavin, hemos perdido nuestra base animal desde la que conocer y relacionarnos con los otros de nuestra especie, ahora debemos construir eso de la “nada”, y esa construcción requiere de las otras mentes. Sin ellas, caemos en la “nada” de la que venimos, sin ellas el terror nos invade, por eso el trauma de Ethan su soledad profunda, le deja en medio del abismo. Por eso, paradójicamente el reconocimiento de su terapeuta de que no va a ser capaz ahora, y puede que nunca, de saber exactamente lo que ha supuesto para él, pero al mismo tiempo, el empeño en intentarlo, establecen una línea de comunicación y de contacto entre ambos, que va más allá de lo que Ethan ha recibido a lo largo de su existencia. Y quiero creer que al menos, se sintió acompañado en su soledad, que seguro que es mucho más de lo que nadie hizo por él antes. El comentario de Raimundo amplía el trabajo de Slavin, dando el papel central a la música como vía de contacto, como terapeutas, debemos prestar atención a las migas de pan en el sendero que va dejando el paciente tras de sí.
Ramón Riera por su parte compartió con nosotros cinco historias que vale la pena leer, decía después que temía ser aburrido en sus comunicaciones. He tenido la ocasión y la suerte de verle en varias de ellas, y nunca ha despertado el aburrimiento en mí, pero siempre me emociona la sensibilidad con la que se acerca al mundo. Pocas personas como él, pueden emocionar hasta las lágrimas, su visión de la obra de Dalí nunca deja de asombrar y sus comentarios sobre lo que exponen otros autores son siempre ingeniosos y emotivos. Me quedé con las ganas de decirle a él personalmente esto mismo, pero siempre carezco del arrojo necesario para ello. Así que al menos, lo dejo dicho aquí. Ramón es un valor seguro y también necesario, sus intervenciones nunca se olvidan porque dispara directamente al corazón de quienes le escuchan.
Imágenes extraídas de la página oficial de Facebook de Ipsa Levante.
Espero que te haya servido de ayuda este post.
Si te ha gustado y crees que puede ser interesante para otros, compártelo en tus redes sociales.
Lorena Parra. Psicóloga Valencia.
Si quieres ponerte en contacto conmigo para concertar una cita puedes:
– Llamar al teléfono 606 683 972.
– O si lo prefieres, puedes rellenar el siguiente formulario de contacto.
[contact-form-7 id=»4″ title=»Contact form 1″]