La misteriosa figura del psicólogo Edgar A. Levenson.
Cuando leo a Levenson, por poco que sea, tengo siempre la misma sensación, me entusiasma su manera de ver la psicoterapia, eso no significa que todo me parezca bien o que lo vea como él lo ve, sin embargo me sigue entusiasmando la manera tan original que tiene de aproximarse al tratamiento. Tiene siempre la capacidad de reparar en lo que nadie reparó antes, de dejar hablar al paciente sobre lo que tiene que decir, sin permitir que su propia forma de ver las cosas le entorpezca incluso si eso va contra lo establecido. Gracias a Levenson no pasa un momento, en cualquiera de mis casos, en el que no me pregunte ¿qué estoy dejando fuera? Ese espíritu inconformista y la capacidad de contacto con el otro por encima de sí mismo incluso, es lo que más me gusta de él y lo que ha inspirado mi trabajo desde que conocí parte de su visión.
Unos pocos datos de su biografía.
Algunos datos sobre la vida de Levenson son los siguientes:
– Estudia medicina en 1943 y hace la residencia en neurología.
– Entre 1948 y 1951 participa en el Army Medical Corps.
– En 1951 se presenta como candidato al William Alanson White Institute, en esta institución se forma y después de su formación pasa a ser miembro. Con el paso de los años se convierte en el supervisor más demandado del instituto por su fama de ser alguien que potenciaba pensar más allá de los propios esquemas. Una capacidad que es, seguramente, la esencial en esta profesión en la que cada paciente es diferente y cada relación que establecemos tiene unas características singulares.
– Su analista fue Ed Tauber y supervisa con Ruth Moulton, Meyer Maskin y Clara Thompson.
– En 1972 fue director de los servicios clínicos del White.
Ha publicado artículos y tres obras:
- La falacia de la comprensión en 1972.
- La ambigüedad del cambio en 1983.
- El Self robado de 1991.
Edgar A. Levenson es un autor del que sabemos muy poco, aunque ha publicado infinidad de artículos, su obra no ha llegado a nuestro país como lo han hecho las obras de otros autores americanos. Sin embargo, yo creo que leer a Levenson, a pesar de no estar de acuerdo con todo lo que plantea, abre la mente, su forma de explicar la manera en la que hace psicoterapia es compleja y tiene múltiples matices. Es un autor con una genialidad fuera de los límites normales, me hace feliz pensar que ha sido sobre todo profesor y supervisor de otros terapeutas, una persona como él tiene casi el deber de estar ahí para agitar a las nuevas generaciones. Su influencia es necesaria en un contexto teórico como el nuestro, en el que parece que sólo una única teoría puede existir y que no podemos salirnos de ahí. Si algo he aprendido de Levenson es precisamente a salirme de los caminos establecidos, a fijarme en aquello que no estoy considerando, a ver qué queda fuera de lo que estamos tratando en el aquí y ahora de la sesión. Ese descentramiento constante me ha ayudado mucho a ser mejor profesional, espero que los post que voy a escribir sobre este autor os ayuden a conocerle un poco más y os anime a acercaros a una obra y a un autor que merecen mucho la pena.
Nos os perdáis mis siguientes post sobre este autor irreverente:
– ¿Por qué es tan difícil entender a Levenson?
– Las dos herramientas de trabajo para el psicólogo según Levenson.
– ¿Qué sucede en la relación terapéutica según Levenson?
– Lo que aprendí de Levenson y que puede ayudarte en tu psicoterapia.
Espero que te haya servido de ayuda este post.
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Lorena Parra. Psicóloga Valencia.
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