¿Cómo se forma la personalidad según Sullivan?
En el post anterior os conté algunas pinceladas de la vida de Harry S. Sullivan, si os lo perdisteis aquí os dejo el enlace, aquello que uno vive suele ser muy relevante para entender su pensamiento y su forma de ver el mundo.
Seguramente una de las primeras cosas que me llamó la atención de Sullivan fue su apertura, cómo explica la personalidad y cómo incluye al otro desde el comienzo mismo del desarrollo. Sobre todo si tenemos en cuenta que en la teoría clásica tanto el concepto de la mente, como la propia experiencia y la psicopatología en sí, son considerados cajas cerradas en las que el otro apenas tiene un papel secundario, cuando tiene algún papel. Así en Sullivan aparece lo interpersonal, lo conflictivo no es la satisfacción de pulsiones, lo conflictivo es tratar de sostener y mantener una relación con el otro mediada por la ansiedad, que se puede desprender de esta relación. El cambio de foco es patente, la apertura de su pensamiento también.
Comencemos por dos conceptos principales:
Para ser capaz de captar cómo entiende la personalidad y sus dinamismos, debemos tener en cuenta dos conceptos, por un lado las necesidades y por otro la ansiedad. Sullivan considera que tenemos dos tipos de necesidades básicas.
- Necesidades de satisfacción: que engloban las necesidades fisiológicas propias del bebé, pero también las de intimidad o de contacto, entre otras.
- Necesidades de seguridad: entre ellas encontramos la necesidad de evitar la ansiedad y de mantener la autoestima. Son el resultado de interacciones tempranas con los cuidadores.
¿Cómo nos afectan estas necesidades y la ansiedad?
El bebé según Sullivan gestiona su propia experiencia en base a un único objetivo, mantener la mejor relación posible con los adultos que le rodean. Desde sus primeros momentos de vida está capacitado para impregnarse de las emociones de su entorno y esto es lo que regula su propia experiencia emocional. Ante la situación de una necesidad que requiere ser atendida, el bebé pasa del bienestar a la tensión, una tensión que se verá reducida en el caso de que los adultos le atiendan. Sin embargo, de no suceder se genera angustia, un sentimiento que mueve a tratar de recuperar la situación anterior.
Poco a poco el bebé aprende a relacionarse con la ansiedad expresada por los adultos que le rodean, descubriendo también que sus propias acciones pueden aumentar o disminuir esa ansiedad en el entorno. Aquellos elementos propios que generen un incremento de la ansiedad en su entorno no serán integrados en el self, se establecen patrones restrictivos de la experiencia, generando lo que se denomina “no-yo”. Únicamente se integran formando su self aquellos patrones yo-tú que son aceptados por el otro y, al mismo tiempo, esto supone una restricción de aquello que no es aceptado.
Las necesidades expresadas se convierten en oportunidades de integrar porque son la forma que tenemos de establecer patrones de interacción con los otros. En función de la reacción que generemos en los otros, esas necesidades serán integradas o no integradas en nuestro self y esos patrones de interacción formarán nuestro sistema de self. De tal forma que tenemos una parte consciente y una parte disociada o no-yo, en la que tenemos aquello que no ha sido aceptado por otros.
Conforme crecemos, las necesidades se diversifican y lo hacen también las formas de relacionarnos con otros, pero siempre prima la tendencia a mantener la ansiedad al mínimo, limitando nuestras formas de relación con los demás. Tenemos la tendencia de guiar la experiencia hacia lo que nos resulta familiar.
¿Qué es la distorsión paratáxica?
En este contexto se entiende el tercer concepto relevante de Sullivan, la distorsión paratáxica. Nuestra experiencia de lo que nos rodea va ganando perspectiva conforme vamos creciendo, desde experiencias en las que no hay ni conciencia de uno mismo, hasta conseguir significado obtenido del consenso de quienes nos rodean. La distorsión paratáxica está en el centro del origen de la psicopatología para Sullivan, nuestra necesidad de seguridad nos obliga a mantenernos en lo familiar, deformamos las situaciones actuales, bien no valorando la experiencia actual o reconociéndola como si de la experiencia del pasado se tratase. Hemos adquirido una serie de patrones seleccionados, en el futuro esperamos que esos patrones se den de la misma manera, eso nos mantiene atrapados en interacciones pasadas que se reviven en el presente.
La personalidad en Sullivan se gesta en función de las relaciones existentes con las figuras de referencia con la evitación de la ansiedad como objetivo fundamental. Este cambio de foco, ahora ya no se centra en pulsiones directamente, sino que lo hace en los patrones de interacción, va a suponer un gran giro y una separación bastante radical del modelo clásico. Sin perder de vista que, para Sullivan, el sistema de self es la internalización de esas interacciones, la mente pasa a ser un campo de juego, un lugar abierto a la influencia de los otros. Indiscutiblemente estas ideas van a afectar a su forma de hacer psicoterapia, pero eso ya os lo cuento en el siguiente post.
Espero que te haya servido de ayuda este post.
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Lorena Parra. Psicóloga Valencia.
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