¿Cómo podemos ayudar a los pacientes a saber quiénes son?

La segunda ponencia trata de contestar a la pregunta del título, ¿cómo ayudar a los pacientes a saber quiénes son? ¿Cómo trabajamos con aquellas personas que vienen a tratamiento incapaces de vivir y disfrutar de su propia vida y de las relaciones con los demás?

2ª Ponencia. Susanna Federici

Las jornadas pivotaron sobre la presencia de la presidenta de IARPP Internacional, Susanna Federici y el psicoanalista americano Malcolm Slavin. Ya escribí un resumen sobre su ponencia y los comentarios de Raimundo y Ramón.

Ahora me gustaría exponer algunas ideas sobre el trabajo de Federici y los comentarios de Silvia Jiménez sobre su ponencia, ésta nos acercaba a la negociación de la paradoja de ser uno para uno mismo y para el otro.

Federici parte de un caso, en el que, a grandes rasgos, podemos encontrar a una persona que ha aprendido que para poder relacionarse con los adultos que la rodean, tiene que negarse y abandonarse a sí misma. Y cómo este tipo de patrón relacional choca con la relación terapéutica, en la que siempre se acaba reproduciendo la forma en la que hacemos, simplemente porque no sabemos hacer de otra forma.

Tres ideas fundamentales:

La construcción de quienes somos parte y se sostiene en quienes nos han rodeado, si el proceso no ha sido óptimo es fácil encontrar múltiples configuraciones del self disociadas.

Conforme se acercan a la experiencia de aniquilación que han supuesto sus primeras relaciones pudo contactar con estados del self disociados o nunca formulados y gracias también a ir elaborando cómo esto engancha con la historia familiar. Susanna nos explica cómo nuestro sí mismo emerge y se asienta sobre la regularidad del intercambio con otros, si esto no sucede hay problemas para experimentar la singularidad y la pertenencia.

La imagen que proyectamos hacia el mundo puede ser una construcción que nos ayuda a adaptarnos pero que nos hace infelices o hace nuestra vida insoportable e inestable.

La reflexión por parte de ambas de la máscara que el paciente construye para poder vivir en sociedad, y de lo que hay debajo de la máscara lleva a Susanna a hablarnos de la multiplicidad de selves y la idea de cómo el tratamiento te ayuda a “moverte con más fluidez entre las diferentes configuraciones de los diferentes estados del self”.

Siempre va a haber momentos en el tratamiento de un paciente en el que te sientas identificado con cómo se siente o con la forma en la que le afectan tal o cual circunstancia.

Una de las partes más interesantes de la ponencia tiene que ver con cómo la psicoterapeuta nos cuenta cómo las características de su paciente, hacen resonar las nuestras propias. Eso siempre va a pasar, hay situaciones de tus pacientes o momentos cargados de emociones compartidas, no por pura empatía, sino por haberlas vivido, por haber pasado exactamente por la misma situación. Debido al carácter automático de nuestras reacciones es fundamental pasar por tratamiento, para ser capaces de reflexionar sobre lo que nos mueven nuestros pacientes, de forma serena, sin rastro de las fuertes emociones que se generaron en su momento, eso sólo lo da un tratamiento profundo, un ajuste serio de nuestra propia personalidad y de nuestro cerebro.

Comentario de Silva Jiménez

Sin prisa pero sin pausa el comentario de Silvia sobre la ponencia de Susanna va desgranando una serie de ideas que son fundamentales para comprender en profundidad muchas de las que se compartieron durante las jornadas y lo hace tomando el caso que se presenta, tomándolo como ejemplo y referencia pero sin perder de vista la línea teórica progresiva y potente que abarca toda su comunicación.

Sin duda, una de las aportaciones más completas y complejas de las jornadas porque parte de sus propias vivencias, de cómo le impacta el caso y continúa con un recorrido coherente que nos ayuda a sumergirnos en él y a entenderlo, centrándose en cómo las figuras de referencia impidieron a la paciente gestar una subjetividad cohesionada y coherente y en cómo nuestro tratamiento debe orientarse, para conseguir ese objetivo.

Su aportación no sólo enriquece la ponencia sino que la lleva mucho más allá.

Expongo sus ideas fundamentales:

La base estructural de la personalidad se construye mediante la internalización de la representación de secuencias repetidas en el tiempo; estas secuencias tienen que ver con la experiencia subjetiva de un niño que se ve transformada por la respuesta del adulto que le acompaña.
La niña se convirtió en alguien preparado para vivir por y para otros, hasta el punto de convivir con un conjunto de experiencias no formuladas, porque nadie expresó que los sentimientos que la inundaban propios de atender a sus padres no eran suyos, no le pertenecían.
Cuando falta la regulación mutua, el niño aumenta sus capacidades reguladoras, el paciente se regula a sí y también contiene la problemática de sus figuras de apego.
Los teóricos del apego indican que necesitamos poder tener experiencias tempranas de acceso flexible a los sentimientos propios, y que esto es lo que nos permite adueñarnos de nosotros mismos y también comprender el carácter intencional que mueve el mundo de los adultos que nos rodean y nuestro propio mundo.
El apego desorganizado predice procesos disociativos, hay una conciencia escasa de lo propio porque no hay quien lo refleje, eso hace que, como en el caso presentado, no podamos ser capaces de sentir nuestra propia singularidad.
Las figuras de apego deben comprender y reflejar la comprensión de los estados mentales. Sólo una interacción mentalizadora posibilita adquirir esa capacidad en el niño y permite formar las diferentes configuraciones del self, regular la propia experiencia y desarrollar una representación coherente propia y de los demás.
El tratamiento permite poner sobre la mesa los diferentes estados del self, acogidos por otro, y esto otorga coherencia y estabilidad. “Cuando la figura de apego es capaz de mantener en su mente una representación del niño teniendo sentimientos, deseos e intenciones, permite al pequeño descubrir su propia experiencia interna a través de la representación que la figura de apego construye de la misma. Cuando se da sentido a la experiencia del niño, se permitirá ir más allá de lo aparente, de lo concreto y da sentido a su conducta a la luz de los estados mentales”.
El tratamiento supone al final el intento constante de utilizar el reconocimiento mutuo como herramienta de construcción de la propia subjetividad del paciente.

Después de esto llegó el momento de presentar una nueva técnica y de hacer un sentido homenaje a la que actualmente es la figura más relevante de la psicoterapia relacional en nuestro país, tanto por lo que ha hecho como por lo que aún sigue aportando, Joan Coderch.

Fotografías tomadas de la página oficial de Facebook de Ipsa Levante.