Autores a contracorriente. La osadía de ser un valor atípico.

Mis queridos outliers

El concepto outlier procede de la estadística se trata de un valor numérico que, en una muestra, se desvía de todos los demás, es un valor atípico. Me ha gustado siempre utilizar este concepto para definir a una serie de autores que, conociendo profundamente la forma en la que se trabajaba en su contexto en ese momento, decidieron no conformarse y contestaron a la gran pregunta : ¿y por qué no?

Stephen Mitchell y Luis Cencillo son dos ejemplos prototípicos de este concepto. Personas que estaban totalmente fuera de la “curva normal”. El primero unió dos tradiciones psicoanalíticas que estaban históricamente opuestas y enfrentadas, tomó lo mejor de cada una de ellas y construyó o más bien abrió, un nuevo camino por el que muchos otros están ahora mismo transitando y que se conoce como Psicoanálisis Relacional. Nuestra deuda con él es impagable.

Luis Cencillo creó la psicodialysis, un modelo que parte de la psicoterapia psicoanalítica clásica pero que se desvía de él a pasos agigantados, basándose en el genio creador de uno de los hombres más inteligentes de los que tengo referencia. Su modelo de trabajo emerge de sus casos, de su propia práctica clínica y anima a todos a no quedarse estancados en lo sabido, sino a superarse constantemente mediante la creatividad y la praxis. Descubrí su obra en mi primer año de carrera y sigo leyendo y releyendo libros y capítulos de otros, y siempre logra sorprenderme.

No está todo dicho en psicoterapia psicoanalítica, nuestro conocimiento del cerebro es todavía limitado y recién hemos comenzado a darnos cuenta del poder de la relación en la creación de quienes somos. Daos cuenta que no estoy diciendo que la relación sea algo relevante en quienes somos, sino que la relación es el medio de creación de nuestra mente y del refinamiento de nuestro soporte físico, las interconexiones neuronales.

No temáis ser valores atípicos, porque de ellos ha salido lo mejor del psicoanálisis, muchas ideas de Freud siguen teniendo vigencia hoy; la visión de la relación de Sandor Ferenczi sigue impactando a quienes leen su obra y especialmente su diario clínico; la revolucionaria consideración de la relación de objeto de Fairbain nos permite dar un gran salto; la antipsiquiatría y Sullivan devolvieron la dignidad y abrieron la puerta a la comprensión de la psicosis; la integración de Frieda Fromm Reichmann hizo girar la transferencia tal y como la conocíamos; Kohut nos ayudó a mirar donde nadie había visto antes, en la carencia; y los post-kleinianos dieron entidad a la identificación proyectiva y prendieron la llama para renovar la técnica y para comenzar a mirar dentro del analista.

La psicoterapia psicoanalítica ha crecido mucho en estos años y lo sigue haciendo, auspiciado por el trabajo y el genio de unos pocos, y por la honestidad y la honradez del trabajo diario en las consultas privadas de miles.