Las dos herramientas básicas para el psicólogo según Levenson.
El pensamiento de Levenson del que os hablé en el post anterior va a tener varias repercusiones en la manera en que pasamos consulta (puedes hacer click aquí si quieres leerlo). Para empezar, considera que las dos herramientas con las que cuenta el terapeuta son la relación con el paciente y la indagación detallada.
Las dos herramientas con las que cuenta el terapeuta.
Esta indagación detallada toma el nombre de método deconstructivo en el caso de este autor. La diferencia fundamental radica en que para Sullivan, el paciente distorsiona el presente en base a su experiencia pasada, el paciente debe aproximarse a aquello que ha ido quedando fuera de su atención, como consecuencia de las relaciones que han establecido con él. El papel del terapeuta a través de la indagación detallada consiste en ayudar al paciente a ver qué es esto que está faltando o distorsionando y ayudar al paciente a ampliar sus miras. Para Levenson el método deconstructivo va mucho más allá, parte de la idea de que la distorsión puede no existir, el paciente no está interpretando mal la realidad, está viendo la realidad desde sus propios esquemas, diferentes a los nuestros, eso no quiere decir que por ello, sean erróneos. El método deconstructivo propone quedarse en los datos del paciente, sin moverse rápidamente a explicaciones abstractas e hipótesis del terapeuta, sino tomarnos el tiempo para explorar.
Según Levenson, el propio acto de exploración genera en el paciente ansiedad y esto es el motor del proceso porque el paciente desarrolla una relación con nosotros fruto de esa investigación y dinamizada por ella. El objetivo de esa exploración no es tanto buscar rápidamente explicaciones o “dar sentido” a lo que el paciente cuenta, sino abrir la historia. Pero para ello va a ser necesario ser capaz de tolerar el desorden y el caos, es la única forma de avanzar e ir más allá del límite de lo que es familiar para el paciente, de la historia que ha construido y que da sentido a quién es.
¿Entonces cómo ve Levenson la distorsión?
Un punto fuerte de separación con Sullivan y probablemente con todos los anteriores, está en la distorsión, siempre se ha creído que el pasado nos ayuda a tergiversar el presente, sin embargo el autor no le da ese matiz negativo, lo va a tomar como una percepción relevante. Por primera vez no se considera que el paciente está simplemente equivocado sino que tiene su perspectiva del mundo, la perspectiva del analista no es la referencia ya, y el trabajo tiene más que ver con llegar a acuerdos sobre qué sea lo que hay que comprender y examinar, los matices de las relaciones que el paciente establece con nosotros y con otras personas.
En cuanto a la relación paciente y terapeuta, esta frase de Levenson en el Réquiem por el psicoanálisis da buena cuenta de la forma en la que lo ve.
“Como psicoterapeuta no puedo estar seguro de que lo que he dicho haya sido escuchado en la forma en que lo he dicho, no puedo estar seguro de que la percepción del paciente, en el caso de ser diferente, sea menos válida, ni tampoco de no haber dicho lo que él cree”.
¿Cuál es nuestro papel como terapeuta?
No parece estar tan claro cuál sea el papel de cada quien.El papel del analista desde esta forma de ver el proceso terapéutico no es el de ser un árbitro entre lo real y lo irreal, analizando las resistencias como en Freud o solucionando las parataxias como en Sullivan.
“El problema no está en saber qué realidad es la verdadera sino en saber cómo regula o destruye una persona la realidad perspectivista de otra persona. Si resulta ser cierto que nuestros pacientes se crían en sistemas familiares de comunicación que distorsionan o niegan las percepciones de la realidad instrumentalmente válidas, el psicoanalista deberá esforzarse en convalidarlas”.
Las estructuras tienden a autoperpetuarse, van siempre hacia el mismo sitio, el paciente va a repetir con nosotros los mismos pasos que siguió siempre, nuestra labor no consiste en evitar que esto se dé, sino en ayudar al paciente a desenredarlo.
Ahora el contenido de lo que decimos no es tan importante como la forma en la que se integra en la vida del otro, eso que hemos dicho. El perspectivismo no habla simplemente de reconocer la perspectiva del otro, sino de cómo esa perspectiva y la estructura que cada persona tiene, transforma las relaciones que establece con las otras personas, y viceversa. “El psicoanalista y el paciente se crean mutuamente”.
La interpretación como había sido planteada hasta ese momento se convierte en algo ineficaz, el contenido no es relevante porque no podemos saber cómo va a impactar en el otro.
“Si el modelo no puede cambiarse porque el psicoanalista no encaja es posible que sí encaja a un nivel de simbolización más profundo y que el paciente reorganice, de forma duradera, su configuración de la experiencia”.
Tanto el método deconstructivo como la manera que tiene el autor de ver la relación terapéutica tiene mucho valor práctico para mi, os contaré en mi último post sobre Levenson qué elementos de su pensamiento os pueden ayudar a ser mejores profesionales.
Espero que te haya servido de ayuda este post.
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Lorena Parra. Psicóloga Valencia.
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